Curiosas son las formas de la naturaleza, las cualidades de la materia, sus transmutaciones. Como la alquimia de los humores, aquellos que hace siglos se creía que causaban las enfermedades para las cuales siempre existía una cura infalible; la sangría. 

Cierto es que hay ciertas leyes de la física que constantemente recaen, colapsan en su teoría más pura y se imprimen en el mundo como verdades inquietantes. Como cuando algo blando se quiebra ¿cómo es posible tal efecto si es cualidad de lo suave modelarse y adaptarse a ciertas matrices tan bien fundadas por toda clase de dioses o patrones? Ante tales acontecimientos, blandir el quiebre es necesario, tan necesario como apropiarse de lo imposible y hacer de ello un statement. Esgrimir la blandura, mostrar la herida con la esponjosa belleza amenazante de la verdad. Acudir a los animales y convertirlos en aliados de la misma manada que recicla su poder como un coro griego. 

Pespunte, una ópera muda transhistórica. La sutura expuesta y visible que forma una línea. Una línea como un trazo que dibuja un trayecto sin camuflajes. Una costura reforzada para zonas de alta tensión. Una puntada que retrocede respecto a su dirección. Un paso en falso o a propósito. Un envión de potencia expresiva. Un quiebre poco común de algodones. Un derramamiento de sangre y de flores sobre el percal.

Tamara Alarcón